La tormenta
Desensillar hasta que aclare.
Contar hasta diez, o hasta mil.
Mañana será otro día…
Mañana.
Hoy no.
Hoy se me cortaron los hilos.
Se me congeló la esperanza.
Se me cerró el estómago.
Se me agarrotó la garganta.
Se me desgarró el corazón.
Se me derrumbaron los sueños.
Se me perdieron las preguntas
Y se me murieron las respuestas.
Mañana puede ser. Hoy no.
Hoy hay demasiada tristeza
Hoy tengo un diluvio de lágrimas de amargura,
De impotencia. De rabia.
De miedo. De asco. De hartazgo.
Hoy quiero estar sola.
Llorar. Maldecir. Renegar de todo.
No quiero escuchar y no quiero hablar.
Ruge la tormenta a mi alrededor
y el mundo se ha vuelto un lugar inhóspito,
sin puentes, sin puertos, sin faros.
Ruge la tormenta a mi alrededor
y ya no distingo el camino ni el rumbo.
Pero hay que seguir. No queda otra.
Parar, refugiarse, recomponerse,
entibiar el cuerpo y el alma,
levantar la frente, secarse las lágrimas,
y seguir.
Desensillar hasta que aclare.
Contar hasta diez, o hasta mil.
Mañana será otro día…
Mañana. Hoy, no.